En
esta noche de tormenta los demonios se adueñan de mi ser y me traen recuerdos
de tus daños…Sabes que ya creí que los había superado, pero a veces vienen a mi
y aun de mis ojos salen lagrimas por el daño hecho, aun maldigo el momento en
el que me traicionaste y rompiste mi alma .La llenaste de dolor y caí en el
abismo mas ancestral de la tristeza y ella se apodero de mi, dejo aparcada mi alegría
y mi sonrisa, me abandone y deje que ella se apoderada de mi ser, invadiera
todas las partes de mi cuerpo y me sentí dejada de la mano de la vida. Así
acepte dentro de mi soledad acepte mi soledad y con ella me retire al mar para
que el me diera ese azul, me trasmitiera sus vibraciones e intentar olvidarte, era
un cada día era un reto de supervivencia, cada movimiento era un logro ,mi cuerpo
apático a la vida pensó que no valía la pena la vida ,la tristeza invadía mi
alma y castigaba mi cuerpo por que tu ya no estabas.
Así en
mi soledad y mis encuentros decidí poco a poco a ver los azules distintos del mar, apreciar sus destellos
en los remolinos del agua, a mirar con ternura las aves migratorias y su
instinto de supervivencia, vi. salir el sol y ocultarse la luna tras mi ventana
aprendí a amar la vida despacito suavemente con pasos sigilosos y cada día deje
entrar un poquito de aire…
La
sonrisa volvió a mi, el rojo volvió a mi y la vida sonrío...aunque confieso que
a veces vuelves a mi y tu tormento se apodera de mi…en el fondo aun te extraño.
Flor Jiménez.
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