La continuidad de su alma ahora tomaba fuerza en ella y el hambre insaciable de llenar más y más del espíritu del Universo y expandirse en moléculas de éxtasis .Era hora de prolongar el éxtasis de la sabiduría, hacer palpitar el clímax del amor, frenéticamente sedienta de llegara a la clima y culminar o morir .
Eran tiempos de sentirse inmensamente completa en todos los aspectos de la vida. Sus canas ya no admitían la falta de tolerancia , mentes vacías y hambrientas de llenar espacios, rellenar huecos…
Era la cumbre de escalar montañas y llegar a respirar aire puro.
Flor Jiménez.
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