Llegamos a una edad certera en la cual el movimiento de la verdadera vida es recibir amor y sentirlo en nuestros últimos dias y sin saber certero lo que és ese estado .Yo entre en la jauría de los últimos dias de vida de mi madre.
Tras varios años mendigando el amor que por derecho humano un hijo da a una madre y despues haber tenido un ictus quedando imposibilitada de su cuerpo,mi madre ingreso en esa casa.
Recuerdo perfectamente la cara de mi madre en la ambulancia diciéndome que tenia miedo y mi sonrisa diciéndole mama en cuanto andes nos marcharemos a casa.No te fallare donde tu estés,estaré yo y a la vez el estado tan delicado de mi madres.Es triste decirlo pero creo que mi madre sabia que le quedaba poco tiempo y su humanidad y su instinto de madre despertó esos últimos tres meses que compartimos.
Ahí empezó la decadencia de lo físico y empezó a despertar la humanidad de madre y ser humano.
Creo que ella se dio cuenta de tantas cosas y de tantos sentimientos que cada que estábamos juntas me llenaba el alma de aquello que tanto tiempo había omitido y que yo nunca llegue a entender.
Creo que su rosario en esos últimos meses lo lleno de amor hacia mi ,hacia los que realmente estábamos y dejo que su alma se marchara limpia de rencores y de trapicheos que solo le hicieron daño a mi alma.Creo que a ella no le gustaba estar allí porque todos los dias me lo decía y yo con mi sonrisa le decía ya queda menos mama para estar otra vez juntas,aunque llegaba a casa abatida ,sin ganas de nada ...mi madre se moría y su rostro todos los dias lo reflejaba,,sin embargo yo sonreía con ella y hablábamos de palabras pendientes...las dos aprovechamos nuestros últimos meses juntas.
En esos tres meses a mi madre la visito la muerte un par de veces en los cuales el medico me lo decía y yo la vi superla.
El día que el medico me llamo y me dijo que mi madre había sufrido otra vista y que esta vez parecía seria ,llegue y vi su rostro y reí y le dije lo guapa que estaba y que había que comer y me esforcé porque mi madre comiera y darle naturalidad a aquello tan triste para mi.Y se marcharon todos y ella y yo que nos quedamos sólitas. Dios pensé que mi madre se iba a ir sin decirme un te quiero ,sin decirnos lo que realmente nos necesitábamos las dos.Pero no!!
Ella susurrándome al oído me dijo lo mas bello que una hija pueda oír de su madre y yo a ella le dije lo que la quería y nos dijimos adiós desde el alma y en palabra,de corazón y fue la ultima vez que mi madre hablo en este mundo.
Gracias mama por dejarme el alma llena de amor ,por hacerme sentir bien y dejarme esa paz de haber hecho todo en su justa medida...Cuídate y cuida de papa y esperarme allí donde yo quiero sentir ese calor de madre y padre ,donde mi cabeza se apoye en tu regazo y me sigas mimando.
Tristeza en el alma es saber que no estas y alegria en el corazón es llenarse de ternura en los últimos momentos de vida.
Flor Jiménez Gualda.
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